lunes, 24 de octubre de 2016

Entrando en el laberinto


Hendidura en la parte exterior de la cueva de Covalanas (Cantabria).
Un sitio de lo más apropiado para iniciar un viaje.

La entrada al laberinto tiene mucho de búsqueda de la libertad, de inicio de aventura, de salto espacio-temporal; pero también tiene connotaciones psicológicas e incluso sexuales: el laberinto podría ser el símbolo del canal del parto y también la vulva oscura que se abre sugerente para el protagonista, no sabemos si para procurarle placer o para complicarle la vida...

"En ese preciso instante, se oyó una sirena y los potentes focos de las torretas comenzaron a moverse de aquí para  allá como buscando algo entre el follaje y las sombras. Seguramente me habían descubierto. Resultaba del todo imposible volver al refugio para  avisar a los otros. Si no me daba prisa me quedaría allí también atrapado. No había tiempo que perder. Sin pensármelo dos veces, me dirigí hacia aquel pasadizo sin perder de vista el hilo que me conducía a él.

Y ante mí se abría como una siniestra boca la entrada de lo que parecía una cueva. Por allí debía entrar. No sé dónde me conduciría pero no estaba en condiciones de elegir ni podía pensármelo mucho. El tiempo apremiaba. Así que sin dudarlo me adentré en aquel lugar."

Fragmento de "Sombras", un capítulo de "Desde el laberinto"



Para información y pedidos:

  Desde el laberinto

y
geaberca@gmail.com

40 comentarios:

  1. Ostras.
    He estado en el interior de la cueva de Covalanas, que son anteriores a las de Altamira, según nos comentaron los guias.
    Por cierto que las vistas desde allí son espectaculares.
    Lo de la hendidura me ha hecho pensar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El guía sería Pencho o Victoria, magníficos y muy motivadores. La hendidura está muy cerca de la entrada principal.
      Un saludo, Miquel.

      Eliminar
  2. Lo has transmitido magníficamente querido profe. Hay que tener bemoles para caminar por el laberinto e intentar salir no solo indemne sino enriquecido de vida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El laberinto que todos tenemos, en mayor o menor grado, dentro de nuestra cabeza.
      Un saludo, Emejota.

      Eliminar
  3. Un lugar mágico, al parecer, en el que todo puede pasar.


    Un abrazo, Cayetano, desde mis vacaciones abuelisticas en el Río de La Plata. Gracias por tus comentarios en mis entradas programadas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cualquier cosa puede pasar, en efecto.
      Disfruta de tus vacaciones.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Ya ves todo lo que puede dar un laberinto...Incluso para un libro, que leemos quienes caminamos por él.

    Saludos Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y cada uno tiene el suyo propio.
      Gracias, Manuel.
      Un saludo.

      Eliminar
  5. Lo normal es que si entras en un laberinto, te lleve mucho tiempo el salir. Algo muy común también es pasar varias veces por el mismo sitio y ninguna por otros recovecos. Como la vida misma.

    Un saludo, Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una metáfora esta, la del laberinto, que nos sirve para muchas situaciones de la vida y de la propia mente humana.
      Un saludo, Carlos.

      Eliminar
  6. Que miedo da a veces introducirse en el propio laberinto y que sensación de paz en otras ocasiones, de volver a casa, de reencontrarse.
    Siempre me haces pensar Cayetano.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre hay dentro un minotauro que nos espera.
      Un abrazo, Ambar.

      Eliminar
  7. La única manera de escapar siempre es es internarnos en los desconocido, con la esperanza de que siempre sea mejor que lo que dejamos atrás.

    Algunas veces, funciona, con permiso del Minotauro "residente".

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces no nos queda más remedio que aventurarnos y asumir el riesgo. Lo otro puede ser peor.
      Un abrazo, Rodericus.

      Eliminar
  8. Complicarse la vida a veces también es un placer Cayetano... ;)

    Un saludillo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En todo caso, es el precio a pagar por estar vivo.
      Un saludo, Xurxo.

      Eliminar
  9. Y yo me alegro mucho de ese acto de coraje que nos ha abierto todo un mundo a explorar desde nuestro sillón. Un viaje apasionante el que hemos hecho con usted.

    Feliz día.

    Bisous

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, madame.
      Me alegra saber que algo aporté a los amigos con este libro.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Un viaje fascinante y misterioso, no sabemos adónde nos conduce el laberinto.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez a ninguna parte.
      Un saludo, Valverde de Lucerna.

      Eliminar
  11. La entrada a este laberinto es la boca del misterio. ¿Qué encontraremos? Un minotauro sediento de sangre o la nada sin paredes, sin suelo, sin techo ni cielo, la nada absoluta, la belleza deslenguada, el imposible túmulo de Polinices, el océano desaguado.
    Saludos
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todo el vacío que cabe en una mente torturada.
      Un saludo, Francesc.

      Eliminar
  12. Siempre hay un laberinto para cada Teseo dispuesto a la iniciación. Ah, lo malo es que no todos saben seguir el hilo para volver.
    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El hilo es el señuelo para que nos confiemos y entremos. Al final, la verdadera salida queda por otro lado, muy lejos del inicio.
      Un saludo, Xibelius.

      Eliminar
  13. El laberinto es símbolo de peanlidades sin cuento. Quien encuentre la salida, eso sí, se llevará a la princesa, no sin antes luchar contra monstruos, contra el ego y contra acertijos sin solución aparente.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces el peor enemigo está dentro de la mente de cada uno.
      Saludos, Carmen.

      Eliminar
  14. Suena la sirena y el fugitivo aviva la huída.
    El nerviosismo da paso a la desazón y llega el desasosiego.
    El pecho late en la boca. No hay vuelta atrás.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No queda más remedio que apencar con lo que venga.
      Un saludo, Ana María.

      Eliminar
  15. Cayetano los laberintos dan lugar a una sucesión de hechos que narrados una vez se sale es de lo más reconfortante .
    El libro pinta bien pero para ser sincera en estos momentos no dispongo de tiempo para leer, tengo entre manos el otro tuyo " En la frontera " y no consigo avanzar en la lectura, por esa falta de tiempo.
    Un saludo
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Disponer de tiempo es fundamental para poder leer. Yo tengo algunos meses de lectura voraz. Y otros en los que no toco un libro. Ritmos peculiares de cada uno.
      Saludos, Puri.

      Eliminar
  16. Pues nos introducimos en esa cueva, huida de lo que dejamos fuera o imán de un interior desconocido. Inquietante, como la música elegida, sí, como perderse en un bosque, pero que es la vida sin un poco de búsqueda, de aventura.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La aventura ajena siempre gusta porque es otro el que se la juega.
      Un abrazo, DLT.

      Eliminar
  17. Esos laberintos literarios son una gozada.Me encanta como llama a este laberinto, el canal del parto...Es un riesgo pero seguro que este parto va a ir de primera.

    -Me agencio este título:por estas fechas ya voy apuntando en mi libretilla de imprescindibles: títulos para poder regalar en las fechas que se avecinan.

    Un abrazo feliz finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En realidad ya tiene un año de andadura. O sea que hubo parto. Nada doloroso, de momento. Una edición limitada solo disponible a través del autor. Está bien eso de ir apuntando en una libreta ideas para cuando lleguen los días de regalos.
      Un abrazo, Bertha.

      Eliminar
  18. Hay arquetipos antiquísimos, arcaizantes en esta historia.

    Saludos,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez porque la vida, la muerte, el encuentro, la huida y la aventura son temas de por sí muy antiguos, como la humanidad misma.
      Saludos, Retablo.

      Eliminar
  19. Recorrer el laberinto en la búsqueda de una verdad, una certeza, en su núcleo, y saber regresar con el peso de la iluminación alcanzada, es una de las concepciones que le atribuyo al Laberinto, uno de mis temas preferidos.

    Te recomiendo el libro 'El monstruo ama su laberinto', del poeta serbio Charles Simic, en el cual desentraña los elementos más recónditos e intrincados del proceso poético.

    Un saludo, Cayetano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jamás regresará una vez que entre en el laberinto, porque es fruto de una mente torturada.
      Saludos, Pedro.

      Eliminar
  20. En el laberinto de tu libro puedo de entrar Cayetano, nunca en uno físico, me producen temor con solo pensar que no tuviera salida.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Además del temor, la sensación de agobio y claustrofobia.
      Los peores laberintos son los mentales que forjamos durante la vida.
      Un saludo, Conchi.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.