martes, 4 de abril de 2017

Una reunión inesperada (3)

Patrice Lumumba


Resumen de lo anterior: a una extraña sala de reuniones, van llegando poco a poco unos cuantos personajes de los que han ido apareciendo a lo largo de diferentes capítulos de "En la frontera".
Son de diversas épocas históricas. De momento no sabemos qué hacen allí ni quién los convocó...


Un breve pero contundente silencio se hace dueño de la situación durante unos segundos.
A continuación toma el turno Patrice Lumumba, el libertador del Congo Belga:

-Mi sueño fue un sueño de libertad, pero no solo para mí sino para todo un pueblo- decía Patrice-. Un pueblo humillado, explotado, esclavizado, que se cansó de vivir bajo el yugo de gentes extranjeras y que luchó por lograr su independencia. Yo fui el encargado de canalizar esa lucha y no me lo perdonaron. Al final, parte de mi propia gente fue engañada, manipulada y comprada y de esta manera acabaron conmigo. Yo era un estorbo para los planes que ya habían sido trazados desde fuera. Los amos de Europa tenían otro destino para el Congo una vez que había logrado la independencia. La codicia cegó la voluntad de paz de algunos. África era para muchos una enorme tarta que había que repartir. Yo sobraba. Y me quitaron de en medio.

Tras una breve pausa, interviene el republicano represaliado:

-Es curiosa esa coincidencia de los sueños de Patrice con los míos. En el fondo yo quería también esa liberación para los nuestros. Teníamos proyectos, ilusiones… Se habían emprendido reformas para mejorar las condiciones de vida de los campesinos, su acceso a la propiedad de la tierra…; pero todo fue abortado por los que se sublevaron contra la República. Ellos fueron los culpables; aunque la responsabilidad también la tuvieron los que desde dentro se dedicaron a hacer la revolución por su cuenta, matando curas, quemando iglesias, las “checas”… Así no se construye una nación donde todos tuviéramos cabida. Y luego, ese desorden…  La falta de disciplina y de unidad fue nuestro fin. 





 -Nosotros apostamos muy fuerte. Sabíamos que lo nuestro era una misión arriesgada, poco menos que imposible- apostilló Gayarre, el guerrillero del maquis-. Los vencedores hablaban de nosotros como si fuéramos delincuentes, bárbaros, bestias dañinas sedientas de sangre de gente inocente, y la mayoría no éramos más que personas corrientes que tuvimos que huir a los montes para que no nos mataran. Muchos no tuvimos otra elección, o nos escondíamos o nos dejábamos cazar como conejos. Al principio, nuestro objetivo no era el de formar un grupo guerrillero, sino simplemente huir, salvar el pellejo. Luego ya nos fuimos organizando sobre el terreno. ”En un primer momento nuestra misión era la del sabotaje: líneas férreas, línea de alta tensión, voladura de puentes para evitar el trasiego de suministros… es decir, dar un golpe a las bases económicas del régimen. No queríamos pasar entre la población como bandoleros y evitábamos las acciones de tipo económico, como llevarnos dinero, porque para qué. Lo nuestro era derribar torres de alta tensión que lograron importantes cortes de luz en muchas zonas.



”Queríamos recuperar lo que nos habían quitado durante la guerra. Nuestro objetivo final era avanzar desde las montañas hacia el sur y echar a los fascistas del poder, pero nos dejaron abandonados en la cuneta los mismos que nos tendrían que haber ayudado, como nosotros hicimos contribuyendo a liberar Francia de sus invasores. No nos pagaron con la misma moneda. Nos sentimos traicionados.

-A mí me engañaron. O me engañé yo - dijo Unamuno-. Todo un catedrático, versado en latín, griego y filosofía, y mordí el anzuelo inocentemente. Pensé que los que iniciaron la guerra eran los salvadores de mi patria, que andaba por entonces bastante rota y descompuesta. España estaba en peligro. Había que salvarla. Desde el movimiento falangista hubo gente ilusionada en proteger nuestro país a través de una revolución nacional y anticaciquil que nos redimiera a todos los españoles; pero todo lo contrario, los que provocaron la guerra no tenían intención de renovar nada, solo se movían por sed de venganza. De hecho apartaron o eliminaron a los falangistas que les resultaban más molestos. No tenían ningún interés en regenerar España, solo en situarse ellos arriba y dirigirnos como si fuéramos los soldados de un cuartel. Y para ello no dudaron en emplear los métodos más atroces. Gentes que se decían cristianas y actuaron sin piedad, como lobos sanguinarios…
-Pero fuiste valiente- añadió el guerrillero del maquis-. Te diste cuenta y rectificaste. Actuaste con honradez. Te enfrentaste con ellos al final.


-Sí, me rebelé. Y me costó la vida. Pues no volví desde entonces a levantar cabeza. Me morí de tristeza- contestó con melancolía el catedrático de Salamanca.

(Continúa)

28 comentarios:

  1. Hay gente sin escrúpulos, se aprovechan, engañan, hacen lo que les parece. Lo peor es que lo hacen en nombre del pueblo y utilizan cualquier estrategia y persona influyente para llevar a cabo sus propósitos. Nos meten a todos en el mismo saco.
    Besos, Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La historia pasada es muchas veces una recopilación de infamias y de gente infame.
      Un abrazo, Arantza.

      Eliminar
  2. Hoy el turno de los oradores es un canto a la libertad, a la lucha, a no derramar sangre ésterilmente. Unos por huir de una muerte segura, otros por defender nobles causas, con el nexo en común de sufrir el yugo del ansía de poder. Siempre el poder... Hoy se cortaba el aliento en la Sala.
    Un saludo, Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es. Tienen más cosas en común de lo que en un principio se podría creer.
      Un saludo, Félix.

      Eliminar
  3. Hoy habla un grupo de idealistas que se sintieron engañados y heridos. A priori parecen no tener nada en común y no obstante les une el deseo de libertad y de respeto en la convivencia con el resto de los hombres y también su falta de pragmatismo.
    Un abrazo Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy buena tu interpretación. Hay entre ellos más puntos en común de lo que se podría pensar en un principio.
      Un abrazo, Ambar.

      Eliminar
  4. Respuestas
    1. Por la libertad muchos dieron su vida.
      Un saludo, Miquel.

      Eliminar
  5. Y de esa tarde de la que se apropiaron y repartieron indebidamente, los lodos de esa debacle que hoy padece el pueblo autóctono y del que Europa se quiere sacudir con música de concertinas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Parece un cruel sarcasmo que le llamen concertinas a algo que provoca dolor y desconcierto.
      Un abrazo, Paco.

      Eliminar
  6. Y pensar que no son pocos a los que se engañan...Quizás por desconocimiento, quizás porque sacan provecho de ese engaño, o quizás porque simplemente se quieren dejar engañar...

    Saludos Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí. A veces es más cómodo dejarse uno engañar y caminar en la dirección que marque la marea humana.
      Un saludo, Manuel.

      Eliminar
  7. Siempre nos quedará la esperanza de que su mensaje y su sacrificio no fueron estériles.


    " Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
    ella pondrá dos piedras de futura mirada
    y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
    en la carne talada".

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy bien traídos esos versos de Miguel Hernández.
      Un abrazo, Rodericus.

      Eliminar
  8. Aquello fue un terrible ajuste de cuentas. Como esas familias que van acumulando agravios y rencores, pequeñas y grandes injusticias, ofensas y humillaciones reiteradas durante siglos, y nunca solucionadas ni reparadas, tragedias que se van depositando en un fondo, haciendo un poso de pozo negro. Que casi se convierte en una manera de vivir y de ser. Terminar con todo eso es como cambiarte de apellidos, como descubrir que unas calles más allá de donde vives hay un campo de exterminio y que tu padre era el director.

    El final a todo eso es previsible.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy cierto. Y fue mucho peor en las localidades pequeñas, donde todo el mundo se conocía.
      Un saludo, El Peletero.

      Eliminar
  9. Esta serie es muy de mi agrado, con ello estás demostrando cómo desde un mismo principio la materialización de diversificación circunstancial y espacio/temporal se acaba manifestando socialmente de las más diversas maneras. Y también cómo verdaderamente se puede uno morir de pena cuando consigue abrir los ojos y se le caen todos los palos del sombrajo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra mucho que te esté gustando.
      Un saludo, Emejota.

      Eliminar
  10. Esos ideales que de un plumazo se convirtieron en una derrota e impotencia.Y en el caso de Unamuno hasta hundirte en lo más profundo y más cuando aborreces la violencia y ves que el poder corrompe.

    Me gusta muchísimo este entrelazado de opiniones y que todas tienen un objetivo en común :luchar por la libertad.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vienen más sorpresas, algunas con un poco de humor para romper el hielo. La reunión se está poniendo un poco tensa.
      Un abrazo,Bertha.

      Eliminar
  11. A mi también me gusta mucho esta serie, ya te lo he dicho. Aquí vemos como distintos personajes de distintas épocas y lugares, en el fondo buscan/Ban lo mismo: libertad, ilusión, deseos de un mundo mejor ó preservar sus derechos, etc, etc y como tambien se desilusionaron cuando las cosas no salieron como ellos había querido o esperado. Unamuno hubiera deseado perderse en su Niebla... Lo bueno es que rectificó, eso lo hace grande aunque no levantará cabeza.

    Besos, Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Myriam. Unamuno siempre fue contradictorio y valiente. Un hombre íntegro. Solo que, como a su Augusto Pérez, alguien le planificó sus horas de vida desde fuera.
      Un abrazo.

      Eliminar
  12. Lo que mas me fascina de la historia humana es que suele ser muy repetitiva. Tanto como las virtudes y canalladas del ser humano. De hecho, es de lo que en ese relato dialogan personas de diferentes épocas y lugares. Va a ser verdad lo que alguien dijo que un pueblo feliz es un pueblo que no tiene historias que contar ni héroes que recordar.

    Un saludo, Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como decía Montesquieu: "Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento."
      Un saludo, Carlos.

      Eliminar
  13. El parlamento de Lumumba entre los tertulianos occidentales puede parecer exótico, pero se ha repetido tanto... Joven idealista inteligente y honesto, buen estudiante que logra el liderazgo de un país. Y cuando llega al poder como bandera del cambio, los suyos lo apartan y toman el mando los corruptos. Diría que esto me suena, Cayetano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, creo que en esto de la traición y las corruptelas está todo inventado desde hace mucho. En cuanto aparece dinero o poder por medio, todo se compra y se vende, hasta la lealtad.
      Un saludo, Ana María

      Eliminar
  14. Parece una sesión para hacer una revisión del pasado de cada personaje. Muy interesante.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es. Una segunda oportunidad para los que no la tuvieron en su día.
      Un saludo.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.