Según la mitología griega, los cíclopes eran gigantes fabulosos dotados de una fuerza descomunal que tenían un solo ojo en medio de la frente.
Hubo varias generaciones de cíclopes. A la primera pertenecían Arges, Brontes y Esteropes, encargados de ayudar en su fragua al dios Hefestos (Vulcano para los romanos), el encargado de fabricar el rayo a Zeus y armas para los dioses. Eran pues herreros, como bien reflejó Velázquez en su obra “La fragua de Vulcano”. Se cuenta que los que se dedicaban a este menester, con el fin de no quedarse ciegos por la posibilidad de que alguna esquirla de metal fundido saltara en la fragua, se tapaban uno de los ojos para, en el peor de los casos, sólo quedarse tuertos, mostrando sólo uno de ellos, contribuyendo así a crear la leyenda.
El más famoso de todos los cíclopes, perteneciente ya a la segunda generación, era Polifemo, el devorador de hombres, hijo de Poseidón. Según nos relata Homero en la Odisea, Ulises y sus compañeros arribaron a la isla de Sicilia. Allí fueron encerrados en una gruta por el despiadado Polifemo, donde moraba en compañía de sus enormes ovejas, quien se merendaba de vez en cuando a alguno de los griegos. Ulises ideó una estratagema para escapar de allí. Consiguió con halagos emborrachar al gigante con el vino que llevaban los aqueos consigo. Polifemo preguntó a Ulises cuál era su nombre. El astuto aqueo le dijo que su nombre era “Nadie”, a lo que el monstruo contestó: “Pues a Nadie me lo comeré el último”. Luego, cuando dormía los vapores de vino, el griego le clavó una estaca afilada en su único ojo.
Hubo varias generaciones de cíclopes. A la primera pertenecían Arges, Brontes y Esteropes, encargados de ayudar en su fragua al dios Hefestos (Vulcano para los romanos), el encargado de fabricar el rayo a Zeus y armas para los dioses. Eran pues herreros, como bien reflejó Velázquez en su obra “La fragua de Vulcano”. Se cuenta que los que se dedicaban a este menester, con el fin de no quedarse ciegos por la posibilidad de que alguna esquirla de metal fundido saltara en la fragua, se tapaban uno de los ojos para, en el peor de los casos, sólo quedarse tuertos, mostrando sólo uno de ellos, contribuyendo así a crear la leyenda.
El más famoso de todos los cíclopes, perteneciente ya a la segunda generación, era Polifemo, el devorador de hombres, hijo de Poseidón. Según nos relata Homero en la Odisea, Ulises y sus compañeros arribaron a la isla de Sicilia. Allí fueron encerrados en una gruta por el despiadado Polifemo, donde moraba en compañía de sus enormes ovejas, quien se merendaba de vez en cuando a alguno de los griegos. Ulises ideó una estratagema para escapar de allí. Consiguió con halagos emborrachar al gigante con el vino que llevaban los aqueos consigo. Polifemo preguntó a Ulises cuál era su nombre. El astuto aqueo le dijo que su nombre era “Nadie”, a lo que el monstruo contestó: “Pues a Nadie me lo comeré el último”. Luego, cuando dormía los vapores de vino, el griego le clavó una estaca afilada en su único ojo.
El gigante lanzaba espantosos gritos diciendo que "Nadie" le había hecho daño. Así que, creyendo que se había vuelto loco, ninguno de los otros cíclopes de la isla acudió a socorrerlo. Luego, ya de día, Polifemo quitó la pesada roca que obstruía la salida de la cueva con el fin de que sus ovejas salieran a pastar, y a tientas las tocaba para cerciorarse de que los aqueos no intentaran escapar con ellas, pero los astutos compañeros de Ulises se habían ocultado agarrándose a las lanas del vientre de los animales y pudieron burlar a su impresentable anfitrión que, dicho sea de paso, tampoco mostró tener demasiadas luces.
Luego están los cíclopes modernos.
No hay que perderse al actor John Goodman, en su papel de tuerto vendedor de biblias, haciendo de Polifemo de la América profunda en la ingeniosa y cómica película de los hermanos Coen, "O brother", una alocada versión libre de la Odisea con continuos guiños al espectador sobre el clásico griego, donde no faltan tampoco las sirenas ni un John Turturro embobado con ellas.
No hay que perderse al actor John Goodman, en su papel de tuerto vendedor de biblias, haciendo de Polifemo de la América profunda en la ingeniosa y cómica película de los hermanos Coen, "O brother", una alocada versión libre de la Odisea con continuos guiños al espectador sobre el clásico griego, donde no faltan tampoco las sirenas ni un John Turturro embobado con ellas.
Un "Polifemo" de lujo:
John Goodman
John Goodman
El resto de los "ciclopes" que hay por el mundo no me merece tanto la pena. Son meras atracciones de circo, ejemplos raros de la feria de los horrores, con mucho de maquillaje y poco de realidad. Algunas imágenes son incluso desagradables y me niego a ponerlas. Éstas creo que son simpáticas y tienen un pase.
y que decir de los que construían las murallas ciclópeas... a mi me tiemblan las canillas de recordar las de Micenas...
ResponderEliminarMurallas ciclópeas, ¿de un solo ojo? Me imagino que las llamarán así por el trabajo de coloso que hay que desarrollar para hacerlas, ¿no?
ResponderEliminarUn saludo.
Curiosa la explicacion de que se tapaban un ojo para asegurarse de que al menos les quedaría uno sano si ocurria algun accidente en la fragua.
ResponderEliminarGratos recuerdos homéricos nos trae hoy, monsieur!
Feliz dia
Bisous
Así que si un cíclope pierde el ojo, no sé si llamarle tuerto o ciego...o las dos cosas.
ResponderEliminarSaludos, madame.
Qué buena entrada Cayetano, a los cíclopes se les daba la imagen de grandes y brutos, pero cortitos de mente, con pocas luces.
ResponderEliminarEs cierto que "O brother" es una versión muy peculiar de la Odisea, aunque yo no terminé de disfrutarla porque no me gustan mucho los Cohen...
Un saludo
Pego textualmente del diccionario de la RAE:
ResponderEliminarciclópeo, a.
(Del lat. cyclopĕus).
1. adj. Perteneciente o relativo a los cíclopes.
2. adj. Dicho de ciertas construcciones antiquísimas: Que se distinguen por el enorme tamaño de sus piedras, unidas por lo común sin argamasa.
3. adj. gigantesco (‖ excesivo o muy sobresaliente).
Creo que a las murallas de Micenas le podemos aplicar la segunda definición :P.
A mi la figura de Ulises siempre me ha parecido la más interesante de los mitos homéricos, aunque creo que hoy me identifico más con un Polifemo de dos ojos embriagado y engañado por un astuto Ulises encarnado en esta sociedad de consumo sin fín y liberalismo desbocado...
Amigo Cayetano, esxelente y entretenida entrada, al igual que las de las sirenas...gran labor para desmitificar los mitos y las leyendas populares, o credos de la ignorancia. Un saludo.
ResponderEliminarMe encanta O brother!
ResponderEliminarEfectivamente, irónico retrato de Estados Unidos
Estupenda entrada. Los cíclopes como Polifemo también representan el barbarismo más extremo como las amazonas y los centauros, pero por otros motivos. Si la hospitalidad se veía como un deber sagrado, el no dar de comer a los huéspedes sino comérselos era el colmo de lo inhumano.
ResponderEliminarMenos mal que Odiseo tenía argucias para librarse de eso, y de mucho más.
Saludos.
Interesante relato mitológico. Por cierto, tengo que ver esa peli.
ResponderEliminarSiempre es interesante conocer sobre el mundo antiguo. Por cierto, es curiosa la manera que tenían los griegos de reforzar su propia identidad presentando a los "monstruos" ajenos a ella.
ResponderEliminarUn saludo
Yo me quedo, cayetano, con las grandes representaciones de los cíclopes, en especial Polifemo, de los pintores clásicos, como Rubens, Jordaens, Giulio Romano, Anibale Carracci o, incluso, el más moderno del pintor simbolista Odilón Redón. Saludos.
ResponderEliminarInteresantísimo tema. En referencia a lo de las murallas ciclópeas es cierto que el término se utiliza para definir un tipo de construcción específica que se ha aplicado a numerosas construcciones, muchas de carácter no griego, tal y como señala Roberto, pero Jose Luis dio en el clavo con su apreciación. Al parecer cuando los griegos miraban las murallas de ciudades micénicas como Tirinto y Micenas después de la Edad Oscura no recordaban el origen de estas y llegaron a la conclusión de que sólo los cíclopes eran capaces de realizar obras tan increibles. Esto dió lugar al término "murallas ciclópeas" cuyo uso se extendió posteriormente.
ResponderEliminar1 saludo Cayetano!!
Interesante entrada Cayetano. Algo m´´as para saber de estos seres mitol´ogicos.
ResponderEliminarSaludos
¡Me encanta el mito de Ulises y Polifemo! mi padre me contaba esta historia cuando era pequeña, antes de irme a dormir (también me contaba la de las sirenas, la del caballo de troya, la de Aquiles, la de Perseo, la de Teseo, la del regreso de Ulises a Ítaca...), vamos que tiene parte de la culpa de mi afición por la Historia y la Antigüedad =D
ResponderEliminarPor cierto, el niño-cíclope de la última foto me da grimita >__<
jaja, me encanta esa foto de Goodman para ilustrar.
ResponderEliminarRoberto: muy buena la analogía tuya entre el astuto Ulises y la cociedad de consumo que nos embriaga y nos lleva al huerto.
ResponderEliminarUn saludo.
Carolus, gracias por tus palabras llenas de ánimo. Con los cíclopes y las sirenas intentaba traer el asunto hasta nuestros días con esos ejemplos cinematográficos o, simplemente, de tomadura de pelo.
ResponderEliminarUn saludo.
Nikkita, es lo que tiene el cine de los Coen, te puede enganchar o no, depende de tus gustos, en todo caso es un cine muy original y diferente.
ResponderEliminarUn saludo.
Disfruté mucho la película, Eladio. Me encanta el cine que trata con respeto al espectador, con guiños culturales y quiebros inesperados como esta película.
ResponderEliminarSaludos.
Reinas del gariro, en efecto: el colmo de la "hospitalidad" griega. En vez de dar de comer a los huéspedes, zampárselos directamente.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy interesante y divertida la película, Kassiopea. Te la aconsejo.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenos cíclopes, Paco, los que eliges. Da hasta pena que Ulises les deje tuertos... o ciegos. A veces nos ponen gigantes de dos ojos.
ResponderEliminarUn saludo.
En efecto, hay algo de maniqueo, Sila, al presentar al contrario con todos los defectos y a los amigos con todas las virtudes.
ResponderEliminarUn saludo.
De ahí viene, Bragi, lo de los "muros ciclópeos". Curioso. Descomunal fuerza o ingenio para construirlos.
ResponderEliminarSaludos.
Manuel, gracias por pasarte por aquí y por tus palabras amables. Me alegra que te haya gustado la entrada.
ResponderEliminarSaludos.
Rukia, yo creo que lo que tu padre hacía era provocarte pesadillas, contándote historias de monstruos al irte a la cama. Bueno, es peor abrir los periódicos. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Goodman es un Polifemo de lujo. Ya lo creo.
ResponderEliminarSaludos Jordim.
Las piedras de aquellas construcciones son para verlas... recuerdo el dintel de una tumba de varios metros y muchas más toneladas de peso... realmente espectacular...
ResponderEliminar¿Una tumba de varias toneladas de peso? ¿No será la del tío Paco? Jejeje. Un saludo, José Luis.
ResponderEliminarhOLA Cayetano, curiosa y original entrada Felicidades
ResponderEliminarUn abrazo
Pues hablando de gigantes y cíclopes. Me quedé de piedra un día cuando me explicaron que en el Antiguo Testamento también se hablaba de la existencia de estos seres en el principio del mundo. Y me dije que tampoco era tan raro. Al fin y al cabo todos bebemos de las mismas tradiciones transmitidas de boca en boca a lo largo dela Prehistoria. Por ejemplo, la existencia del famoso Diluvio.
ResponderEliminarDe los cíclopes modernos me quedo con el gato semi-extraterrestre, jeje
Saludos
De todos los cíclopes que en la mitología han sido, ninguno como Polifemo, ese que inspiró a Homero, el mismo que cantó Góngora, el enamorado de Galatea, el rival de Acis.
ResponderEliminarSiempre me gustó el cuento de Armando Palacio Valdés titulado "Polifemo": El coronel Toledano, por mal nombre Polifemo..."
Isthar, gracias por pasarte. En Arte, el gigante Polifemo, como bien nos cuenta Paco, tiene también su presencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmen, incluso los cuentos infantiles tienen sus particulares "ogros", lo más parecido a los cíclopes.
ResponderEliminarDe las imágenes que circulan por la red puse estas dos porque son simpáticas. Hay otras, truculentas y horribles, que no he querido poner.
Un saludo.
Un personaje que inspira, Rosa. Quizá porque simboliza el lado malo de las personas, también la fuerza bruta.
ResponderEliminarEspero que te vayas recuperando de tus males pasajeros.
Un saludo.
De todos los cíclopes del mundo mundial, me quedo con Polifemo.
ResponderEliminarEl ingenioso Ulises logró escapar de una muerte segura, pero su boquita le perdió. Por desgracia les pasa a muchos hombres...
Un saludo!
Era algo bocazas el amigo Ulises. No se podía estar callado y a punto estuvo su nave de zozobrar (más vale que "zozobre" a que "zosfalte", dijo un marinero andaluz que iba con ellos), porque Polifemo cabreado les tiró un enorme pedrusco.
ResponderEliminarSaludos, don Pablo.
Me encanta la astucia perversa de Ulises hacia Polifemo...Pero,los ciclopes me asustan los de ahora que "hay muchos" tienen dos ojos...Esteticamente no se aprecian pero son "comedetodo" En fin la que se nos avecina es de ciclope...
ResponderEliminarBesicos.
Sí, es verdad, hay muchos cíclopes con traje y corbata que amenazan con devorarnos.
ResponderEliminarUn saludo, Cabopá.