miércoles, 22 de febrero de 2012

Elefantes contra cerdos


Dedicado al bloguero Javier, experto en este tipo de temas.

En la historia militar antigua, los elefantes eran un “arma de destrucción masiva” de primera categoría.
Se sabe que se empleaban estos animales en los combates en India y China hace más de tres mil años.
Luego, el uso militar de los elefantes pasó al Imperio persa, donde se utilizaron en diversas campañas.
En el 331 a. de C. Alejandro Magno quedó impresionado ante el despliegue de elefantes que el rey persa Darío III usó en la batalla de Gaugamela. Tan impresionado quedó que, aunque el macedonio ganó el combate, decidió usar estos animales en posteriores batallas.
Más tarde, en Europa, los elefantes se emplearon con éxito contra los romanos por Pirro en la batalla de Heraclea, en 280 a. C., y en la Segunda Guerra Púnica por el general cartaginés Aníbal, militar que popularizó e inmortalizó el uso bélico de estos animales.
Pero los elefantes tienen un punto flaco.


Según Plinio el Viejo, los paquidermos son muy asustadizos y pierden el control cuando oyen los gruñidos de los cerdos. ¿Qué hacer para que los gorrinos se pongan a gruñir como locos? Pues nada más sencillo que meterlos entre los elefantes y que también sientan miedo, porque un cerdo atemorizado o herido monta una buena. En el sitio de Megara, los soldados megarenses untaron de pez líquida a una piara de cerdas, las prendieron fuego y las echaron contra los macedonios. Los elefantes que estos llevaban, aterrorizados y fuera de sí por los chillidos de las gorrinas, salieron de estampida y así se pudo romper el asedio.

52 comentarios:

  1. Bueno, imagino que, ya que los animales fueron a la guerra, alguno sería condecorado o ascendido siquiera a teniente por la puntería de sus gruñidos.

    No sé qué andan haciendo los de blogger, pero está rara la cosa. A mí a veces ultimamente me deriva comentarios a spam sin más ni más. Y encima han puesto un nuevo código de verificación que a veces no hay quien entienda esas letras.

    Feliz día, monsieur

    Bisous

    ResponderEliminar
  2. Parece que nos hemos puesto de acuerdo con los personajes: unos son guarros y otros al menos tienen fama de ello, por lavarse poco.
    Y sí, blogger parece seguir haciendo de las suyas. Gracias por avisarme. Ya me extrañaba que no hubiera ningún comentario.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Pasé por la mañana y no pude comentar, no se me habilitaba la opción, con la gracia que me había hecho eso de que los chillidos de los cerdos hubieran puesto fuera de combate a todos los elefantes...Aunque lo comprendo muy bien porque de niña,en los días de la matanza, cuando oía chillar al cerdo se me quitaba el sueño para una semana.

    Un saludo, Cayetano

    ResponderEliminar
  4. No conocía este enfrentamiento "tan peculiar". Me ha recordado a la batalla de Zama en la que Escipión, cuando se encontró frente a los elefantes de Aníbal, ordenó a sus tropas que hiciesen el máximo ruido posible para asustar a los jóvenes e inexpertos elefantes de Aníbal y que provocasen el caos entre las filas cartaginesas.
    Muchas gracias por la dedicatoria.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Alma: anda loco Blogger y hace lo que quiere. Lo de los chillidos en la matanza pone los pelos de punta. No me extraña que los elefantes se asustasen. Mejor comer jamón sin asistir a ese espectáculo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Javier: pensé que conocerías la historia porque sé que te gusta ese tipo de anécdotas. De hecho rastreé tu blog para no dar lugar a repeticiones. Me hizo gracia lo de los gorrinos poniendo a los elefantes nerviosos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Creo haber leído que los elefantes tenían una eficacia muy discutible en el plano militar. Ahora bien, miedo sí que daban.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Vaya manera burda de ganar una batalla: esos enormes y pesados paquidermos huyendo en estampida destrozando las propias armas, soldados, y todo por unas cerdas. No hay nada como usar el ingenio para vencer al enemigo más fuerte. Interesante anécdota. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Hola Cayetano:

    Esta complicado dejar un comentario. No se por qué.

    No sabía que elefantes y gorrinos se había enfrentado. Poner nervioso a un elefante debe tener lo suyo.

    He actualizado Cayetano, pero no veo la actualización desde tu blog...

    Saludos

    ResponderEliminar
  10. Retablo: yo creo que los usaban más como factor psicológico. Los soldados tendrían miedo de que los pisotearan esas moles andantes.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Paco: y no sé quiénes tendrían más miedo, si los elefantes, los soldados o los cerdos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  12. Manuel: Blogger nos está haciendo la puñeta.
    Pasaré por tu blog a ver.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  13. Pues mira que pensaba que lo que reralemente asustaba a los enormes elefantes eran los ratones... Y es que, aunque un problema sea muy grande, puede tener una solución pequeña...
    Saludos

    ResponderEliminar
  14. Carmen: yo creo que lo de los ratones lo hemos visto en los dibujos animados. Aquí eran gorrinos que chillaban como posesos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Aún me dura la impresión de cuando me contaron esta curiosa "técnica militar"... El ingenio se dispara en los momentos difíciles, al parecer, aunque sea un ingenio bastante peculiar

    Un saludo, Cayetano!

    ResponderEliminar
  16. Con un par. David contra Goliat, pero en bestias, ja, ja, ja.
    Eso era un arma "biológica", nunca mejor dicho.
    Salud ¡¡¡

    ResponderEliminar
  17. C.G.Aparicio: una táctica "porcina", algo "guarra".
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. córcholis, que ingeniosos....
    Gracias por compartir.
    Besos

    ResponderEliminar
  19. Fº Javier: el olorcillo debía ser de aúpa.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  20. Arantza: yo no sé quiénes alucinarían más, si los que llevaban los elefantes o los que soltaron los gorrinos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  21. Ahora he comprendido tu comentario en mi blog, lo de los susodichos, jeje. Lo que parece claro es que a los elefantes no les gustan las cortezas de cerdo.

    Si está rara la cosa de blogger. Yo he deshabilitado, como veo que otros también han hecho, eso de la palabras, que no hay quien las entienda, pero ya he tenido algún comentario raro tipo spam. Ya veremos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  22. Tampoco pude hacer el comentario antes y vuelvo ahora.
    Es que lo de los cerdos, y más una piara, con los gruñidos tan estridentes es para sacar de quicio a uno. Los caballos tampoco por lo general les soportan.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  23. Con inteligencia supieron contra-restar una fuera superior.

    En África han aprendido a defender la tierra con abejas, los elefantes no pasan por ahí y así se evita el destrozo que causan.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  24. Super interesante. Con respecto a lo de los elefantes funcionaría eso de "caballo grande....", pero qué curioso que unas ondas sonoras molestas sirvan para enloquecerlos. Es cierto los gorrinos chillan como gorrinos doy fe, es tremendo, he presenciado como los desollan en vivo en medio del campo, por ello imaginármelos ardiendo... pobres. Ya veo que Alma coincide en la experiencia. Mira que resulta cruel la supervivencia. Bs.

    ResponderEliminar
  25. Sorprendente. Y lo de las cerdas en llamas un poco cruel. Sensible que estoy esta noche.

    Saludos

    ResponderEliminar
  26. DLT: está claro que cerdos y elefantes están condenados a no entenderse.
    Yo también he tenido algunas visitas raras de esas que no te dejan comentario, pero es que la verificación de palabras "para ver si no eres un robot" es un asco.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  27. Eduardo: ya a los cerdos solo los soporto cuando se convierten en jamón.
    Blogger me ha hecho alguna faena como la de no permitir comentarios porque sí.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  28. Senovilla: tan grandes los elefantes y tan temerosos de animales más pequeños.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  29. Emejota: chillan como posesos. Es horrible. Es como si su "memoria biológica" les avisara de lo que les espera.
    Sobre los comentarios, diré que aunque quité el código de verificación para ver si los comentaristas son personas o "robots", sí tengo activada la moderación de comentarios para que no se me cuelen elementos no deseados.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  30. Dissortat: siempre me he preguntado por qué eran cerdas y no cerdos. ¿Machismo? ¿Acaso chillan más?
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  31. Inevitablemente, esta anécdota que cuentas la diré yo mañana a mis alumnos de 1º, con tu entrada delante. No recuerdan otra cosa de Aníbal que la imagen de elefantes cruzando los Alpes...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  32. Negrevernis: esto de los elefantes y los gorrinos les hace mucha gracia a los alumnos. Seguro que les gusta.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  33. Desconocía este escudo antielefantes que por lo visto fue tan eficaz...¿quién no tiene en mente la imagen de los espectacular que debió ser ver a los elefantes de Aníbal cruzando los Alpes y aterrorizando a las legiones romanas o a los sorprendidos helenos de Alejandro el Grande en su lucha contra los persas de Darío?

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  34. Carolvs: aquellas batallas debieron ser espectaculares además de tremendas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  35. La carga de la gorrinería ligera se podría llamar este episodio... la cara de los macedonios viendo venir semejante tropa tuvo que ser digna de ver jejeje....

    ResponderEliminar
  36. José Luis: muy bueno eso de "la carga de la gorrinería ligera". Se podría hacer hasta una película con éxito taquillero asegurado, con actores de la época como Errol Flynn y "Gorrina" de Havilland
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  37. Supongo que el cerdo "au feu" sería empleado en las celebraciones posteriores a la batalla. Qué fuerte. Un saludo a todos.

    ResponderEliminar
  38. Trapo blanco: si solo se chamuscaron un poco...
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  39. Me resulta sorprendente el uso de los cerdos contra los elefantes. De todas maneras me quedo con el recuerdo de Anibal cruzando los Alpes con los elefantes, aun hoy me resulta incomprensible como pudo hacerlo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  40. ¡ Increíble, Cayetano, increíble! Mi desconocimiento en tácticas militares es supino, pero la sorpresa al leer este texto es todavía mucho mayor. Afortunadamente no me la he perdido, aunque llego con cierto retraso. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  41. Valverde de Lucerna: Aníbal tuvo suerte. No le echaron los gorrinos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  42. Francisco: me imagino que los cerdos, al ser extranjeros, serían de esos blancos. Sería una pena desperdiciar los de "pata negra".
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  43. Interesante entrada, debo admitir que desconocía el dato. Siempre es bueno aprender algo nuevo, y en esta ocasión lo aprendido gracias a ti.
    Un Saludo.
    Uriel

    ResponderEliminar
  44. Uriel: no me fío de los elefantes ni en el circo y menos si hay cerdos cerca. :)
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  45. Pobres elefantes y pobres gorrinos.
    Espantoso y cruel espectáculo.
    Estrategia siniestra.
    Una manera tramposa de ganar una batalla , a costa de los inocentes animales.
    La anécdota puede dejar una enseñanza:La aparente fortaleza del elefante se desarma ante los chillidos de los puercos condenados de antemano a morir.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  46. Carmela: en todo caso... una "puerca" victoria.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  47. Sr. Cayetano, le pido permiso para publicar su artículo en mi blog, por supuesto, mencionando la fuente

    Saludos

    Carolus
    http://elartedelaestrategia.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  48. Por supuesto, amigo Carolus. Para mí es un honor el que su blog comparta con los demás una entrada mía.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  49. Un poco cruel asarlos vivos,pero aprovecharían cuando estiraran la pata,no?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Digo yo que los aprovecharían. La matanza ya estaba hecha.
      Un saludo, José Manuel.

      Eliminar
  50. ¡Qué horror, pobres animales! lo digo primero por los cerdos (no se que es pez líquida) peor si entendí que los incendiaron... mira si no habría una forme más benigna de asustarlos. Y pobres elefantes, con lo amorosos que son y tranquilos con quien bien los quiere.

    Gracias por recuperar esta entrada.

    Un abrazo, Cayetano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora veo tu comentario, casi dos años después.
      Un abrazo, Myriam.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.