Llegué al edificio a la hora prevista. Cuando me disponía a entrar por el portal, custodiado por una portera con cara de malas pulgas, un enorme carillón se me vino encima desde el tercer piso. El golpe fue tan fuerte que el reloj aquel se hizo trizas al impactar sobre mi coco y me salió ipso facto un chichón como un huevo de pascua, y noté cómo paralelamente cedía la acera bajo mis pies, hundiéndome medio metro por debajo del nivel de la calle:
—¡Caramba! —exclamé sorprendido, mirando con curiosidad el mueble descuajeringado con el cristal roto del que salía un muelle hacia fuera que parecía el rabo de un cerdo— . Es la primera vez en mi vida que me cae una cosa así en la cocorota. El reloj se ha hecho puré, pero andaba atrasado. Así que no se ha perdido demasiado.
Un hombre salió de la alcantarilla protestando por el estruendo:
—¡Pero qué jaleo es este! Ni bajo tierra le dejan a uno tranquilo.
—Caramba, caballero. Lo del ruido no ha sido culpa mía. Mire qué chichón.
—Sí, ya veo; pero podría tener usted más cuidado, hombre, que no gana uno para sustos.
Luego salí del hoyo y me sacudí el polvo con el dorso de la mano. Entré en el portal. La portera, con un moño y una escoba como suelen tener las porteras, me miró con curiosidad, como diciendo: "¿Ande irá este?". El ascensor tenía un cartel que ponía “averiado”. Así que no tuve más remedio que subir las escaleras andando. Por el camino me encontré con un señor con un antifaz y aspecto patibulario que me dijo:
—No habrá usted visto caer un reloj a la calle. Lo acababa de afanar y justo cuando lo intentaba colocar en el salón se me ha escurrido y ha salido por la ventana.
—Pues sí —le señalé el chichón que, afortunadamente, ya iba menguando— . Lo he visto pero no creo que pueda ya darle cuerda. Abajo queda algo de él. Poca cosa. Además atrasaba.
Y desapareció.
Justo llegaba yo al rellano del segundo cuando alguien salía de uno de los inmuebles: era un hombre flaco, cadavérico, casi en los huesos:
—Si busca una plaza de realquilado dejo la mía libre. Ya no aguanto más. ¡Esa mujer nos mata de hambre! ¡Abur!
Seguí subiendo: mi objetivo era llegar a la buhardilla para cobrarle una factura a un tal Manolo Vázquez, dibujante de cómics y mal pagador.
Vecinos del caco que me encontré al principio eran los cinco niños gamberros, bajitos y cabezones, que bajaban por la escalera. Perseguían al gato con una sonrisa en la boca y una serpiente pitón en las manos. Eran pocos pero metían más jaleo que una jauría de perros asilvestrados.
De pronto noté follón que venía de arriba del todo: alguien bajaba corriendo como una liebre: ¡era Manolo Vázquez, el moroso, que huía de una nube de acreedores que le perseguían! Tuve que pegarme a la pared del rellano para no ser arrollado por aquella piara de cabras.
Con el ajetreo se me cayeron las gafas y sin querer las pisé. Lo que me faltaba: doscientos pavos a la basura. Después de tanta zozobra y con la factura en la mano decidí largarme de allí. Ya vendría a cobrar en otro momento. Con la vista borrosa bajé las escaleras. No veía un pimiento. Llegando ya al portal me topé con un orangután de un metro noventa y unos ciento veinte kilos de peso que entraba al edificio. Como llevaba unos cacahuetes en el bolsillo, le tiré uno mientras decía:
—Toma, monito. Esto es para ti.
Lo que no sabía yo es que aquel bicharraco no era un mono grande, sino que se trataba de Roqui el Quebrantahuesos, un peligroso delincuente buscado por la policía y que decidió hacerme papilla. Salí corriendo y la bestia aquella detrás de mí. Crucé una calle con el semáforo en rojo y el gorila detrás. Tuve suerte. En la huida, mi perseguidor fue atropellado por un trolebús. O el trolebús fue el atropellado. No sé. ¡Me libré por los pelos!
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Pequeño homenaje a F. Ibáñez y su 13 Rue del Percebe.
Jaja, que gran homenaje al grande de Ibañez.
ResponderEliminarBravo!!
Muy grande. Un genio que esperemos tenerlo mucho tiempo entre nosotros.
EliminarUn saludo, Félix.
Fue Ibañez uno de los que sacó del olvido al TBO, que poco a poco fue perdiendo carisma entre los jóvenes de nuestra época. Nos hacíamos mayores, salían otras revistas, muchas musicales, y venían otros entretenimientos, pero Ibañez fue un resucitador de aquellos TBO´s primigenios que vendían por miles de ejemplares, incluso de segunda mano, pues nunca envejecían.
ResponderEliminarNo se si está a la altura de Benejam, o de Opisso, o de Tinez, pero era indudable que cuando se compraba el TBO , en muchas ocasiones lo primero que se miraba era la contraportada, o sea 13 rue del percebe.
Un abrazo
TBO, Pulgarcito, Tiovivo... grandes compañeros de la infancia.
EliminarUn saludo, Miquel.
Muy ingenioso. Leído entre líneas: la vida misma.
ResponderEliminarLa vida corriente siempre ha sido una fuente de inspiración para Ibáñez.
EliminarSaludos, Emejota.
Era un crack y anda que no nos hemos echado risas con sus dibujos y sus historias que reflejaban una época y otra forma de vivir. Creo que no se le ha reconocido lo suficiente su genialidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Cierto. Nos falta un poco de chovinismo como tienen los vecinos con Astérix y Obélix.
EliminarUn saludo, Carlos.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarMira que estaba pensando en este tebeo en días pasado.
No era de mis favoritos, pero cuando caían, los leía.
Y sentí que estaba leyendo uno, leyendo este homenaje
Saludos
Gracias, Manuel. Creo que se lo debía desde hace tiempo.
EliminarSaludos.
No puede ser más 13 Rue del Percebe, donde pasaban las cosas más insólitas y ahora pasan este rincón tuyo resucitándolas con imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo, Cayetano.
Alex de la Iglesia ya hizo algo con La Comunidad, otro homenaje pero a lo bruto.
EliminarUn abrazo, Paco.
muy bueno el homenaje.
ResponderEliminarel mueble está descuajeringado
quién lo descuajeringará
el descuajeringador que lo descuajeringue
buén descuajeringador será.
Saludos.
Sí, la verdad es que la palabrita se las trae.
EliminarUn saludo, Francesc.
Como dirían en Valencia, has estado de categoría.
ResponderEliminarCon ritmo y lenguaje, has paseado por la entrada media nómina del querido Ibáñez. Muchos recuerdos gratos de la infancia, Cayetano.
Gracias, Ana. A veces los textos mejor recibidos no son los más elaborados. Este me llevó poco tiempo, tal vez por ese mundo de la infancia que dices y que todos llevamos dentro.
EliminarUn saludo.
Como Ibáñez, me has sacado una sonrisa.
ResponderEliminarBonito homenaje
Besos
Gracias, Arantza. Era lo que pretendía: compartir una sonrisa.
EliminarUn abrazo.
-"La Rue del Percebe" :cuantos buenos momentos cotilleando por ese edificio...
ResponderEliminarUff, casi no lo cuenta con este relojazo en pleno coco: gracias al chicón: que dicen que los golpes tienen que salir para fuera:)
Me encanta este humor de vecindad al fin y al cabo acaba siendo como una familia.
Un abrazo feliz miércoles
Ya sabes que en los tebeos la gente se hace chichones pero poco más. Nada es grave.
EliminarUn abrazo, Bertha.
Un grato recuerdo el que traes aquí, ese edificio" 13 Rua del Percebe" de F. Ibañez con sus inquilinos no tenía desperdicio, y compruebo que tu protagonista se sumó al grupo.
ResponderEliminarUn saludo Cayetano
Puri
Un pequeño homenaje a mi gran F. Ibáñez.
EliminarSaludos, Puri.
El otro día vi la película que hicieron sobre Ibáñez, todo un personaje el tipo, conocía su trabajo pero me sorprendió bastante como era él.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Un tipo la mar de majo y simpático. Se parece un poco a Mortadelo y a Rompetechos.
EliminarUn abrazo, Irma.
Como la vida misma, a menudo te caen aparatos a la cabeza, te cruzas con algún delincuente, te encuentras con niños que persiguen algún animal y ascensores que no funcionan.
ResponderEliminarUn abrazo
Francesc Cornadó
Eran peligros menores. Ahora te puedes encontrar con energúmenos que lo mismo te queman un contenedor que tu coche.
EliminarUn abrazo, Francesc.
¡Ja, ja, ja, ja...! Así era 13 rue del Percebe. Un joya del tebeo, si no me equivoco era la última. Ibáñez se merece el Nobel del tebeo. Un saludo.
ResponderEliminarEn el grupo de Facebook "Admiradores de D. Francisco Ibáñez", al que me honra participar, se le ha propuesto para el Premio Princesa de Asturias 2021 en el apartado de Comunicación y HUmanidades.
EliminarSaludos, Valverde de Lucerna.
¡Qué buen homenaje! Muy gráfico tu relato y eso de la piara de cabras persiguiendo al deudor, muy cómico. También lo del orangután.
ResponderEliminarBesotes
Hay animales más pacíficos que algunos grupos humanos.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Buen homenaje a "La Rue del Percebe", donde el tebeo se convertía en arte en estado puro.
ResponderEliminarSAludos.
Muchos crecimos y nos salió bigote con los personajes de Ibáñez.
EliminarUn saludo, Manuela.
Más que merecido tu divertidísimo homenaje a Ibáñez y su "13 Rue del Percebe" te ha quedado genial y me has hecho reír de lo lindo ya que soy una admiradora de sus comic "Mortadelo y Filemón, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio, El Botones Sacarino. Mil gracias Cayetano.
ResponderEliminarAbrazos.
Personajes inolvidables de don Paco.
EliminarUn abrazo, Conchi.
En mala hora se le ocurrió al cobrador del frac pasar por este inmueble que tantas sonrisas nos ha arrancado desde niños. Los personajes de Ibáñez cobran vida en un relato alejado de las páginas de los cómic.
ResponderEliminarUn saludo
Si va el cobrador del frac, el caco le "afana" el uniforme. Seguro.
EliminarSaludos, Carmen.
Delicioso. Quién no lleyo la Rue del Percebe.!Qué recuerdos¡
ResponderEliminarTexto muy acorde. Divertido. Te felicito Cayetano.
Salud.
Anna Babra
Una maravilla. Una historia diferente en cada casa.
EliminarSaludos, Anna.
ha sido un real placer el leerte
ResponderEliminarMuchas gracias, Recomenzar.
EliminarSaludos.
Me ha gustado el homenaje. Tal cual. ¿Tal cual como en un tebeo o tal cual como en la vida ordinaria, matiz arriba o matiz abajo? Uno no distingue ya, y menos si se deja mediatizar por televisiones y otras redes, si fue primero la vida cotidiana o o la imaginaria. Tal vez habría que revitalizar a la familia Ulises, aunque puede que caiga más ancestral y ya cueste ubicarla pues los tiempos han cambiado una barbaridad. Saludos, Cayetano.
ResponderEliminarBuena idea lo de revivir las peripecias de la familia Ulises. Anímate. Jejeje.
EliminarUn saludo, Fackel.
¿que ha pasao?, que el escrito se ha republicao. Por cierto, comentaban el otro dia que Ibañez no tiene la Creu de Sant Jordi.
ResponderEliminarSalut
Sí. No hay misterio. Lo he actualizado por si alguien en su día no lo vio. A veces me da por ahí. Creo que por tierras peninsulares no hay nadie en el mundo de los tebeos que lleve tanto tiempo en activo como Ibáñez. Muchos crecimos con sus historietas y nos hicimos mayores con ellas. Sería un detalle que le reconocieran su labor con algún galardón. O el premio al trabajo, pues se lo ha currado a base de bien.
EliminarUn saludo, Francesc.
La 13 rue... era de mis favoritos. Cuánto me reído con esas historietas vecinales. Y es muy justo el homenaje, como justo sería, no sé si es candidato o ya premiado premio Princesa de Asturias el genial Ibáñez.
ResponderEliminarUn saludo.
A vr si hay suerte y se lo conceden. Se lo merece.
EliminarUn saludo, DLT.