miércoles, 6 de enero de 2016

Mi regalo de Reyes: un juego

Imagen en negativo del dibujo original de Leal Galera,
hecho a propósito para este capítulo.

Juego


 -Ni se te ocurra pisar la raya. Si lo haces, pierdes.

Recuerda María esa frase siempre que se pone a fregar los platos. 

Debe haber un mecanismo inconsciente en su cerebro que pone en relación sucesos de la infancia con la tarea repetitiva y tediosa de enjabonar y aclarar platos y vasos en el fregadero. Cuestión de conexión neuronal. Un flashback proustiano que le trae al presente vivencias del ayer. Y casi siempre acude a su mente esa frase que Merceditas le decía cuando ambas jugaban a la rayuela. 

Y el mismo cuidado con el que ponía los cinco sentidos para jugar correctamente, lo empleaba ahora para las tareas cotidianas. Paso a paso. Casilla a casilla. Sin salirse del camino ni pisar donde no debía. El juego de la infancia. Un adiestramiento necesario. De la Tierra al Cielo en nueve movimientos, sin saltarse ninguna casilla. Orden y disciplina ante todo. El juego de la vida. El mismo cuidado ponía en enjabonar, aclarar y colocar cada cosa en su sitio y dejarlo todo recogido. Como debía ser, como esperaban todos de ella. Una buena esposa, una buena madre. 

Uno, dos, tres, cuatro… 
La comida preparada. La ropa planchada. Cada cosa en su sitio. 

Cinco, seis, siete… 
Los niños que vienen del cole, el marido del trabajo con pocas ganas de conversar. La cena a tiempo. Y recoger todo antes de irse a la cama. Agradecimientos, ninguno. Hasta malos modos a veces. 

Ocho, nueve… 

-Ni se te ocurra pisar la raya. Si lo haces, pierdes. 

De pequeña tenía mucho cuidado. Procuraba no contravenir las normas ni en casa ni en la escuela. Tampoco en el juego. Aprendiendo que la vida son normas y sacrificio. Y cada uno debe ocupar la casilla que le corresponde en cada momento. 

El día en que decidió dar el paso decisivo y pisar la raya y mandarlo todo al carajo, María comprendió que en la vida podría haber otros juegos. 



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40 comentarios:

  1. Cuando María salió de la jaula se dio cuenta de que la puerta siempre estuvo abierta. A todos nos ha pasado alguna vez. Excelente fragmento, Cayetano, con guiño a Cortázar, como no podía ser de otra manera.

    Un saludo

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    1. Los peores barrotes son los psicológicos.
      Gracias, Carlos.
      Un saludo.

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  2. Ese jueguecito debe ser bastante habitual.

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    1. Demasiado habitual, por desgracia.
      Un saludo, emejota.

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  3. Si quieren saber de otras historias deliciosas, ya saben: a comprar Desde el Laberinto. Yo lo hice y estoy feliz de ello, oye.

    Un abrazo.

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  4. Cuando lo leí en el Laberinto me gusto mucho e intenté jugar y pensé que lo mejor sería borrar las rayas.
    Muy buen texto, te felicito.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Yo las pisaría todas, pero no por atrevido sino por poco hábil para ese tipo de juegos.
      Un abrazo, Francesc.

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  5. Un regalo que yo disfruté por adelantado junto con otros relatos igualmente deliciosos.

    Feliz día de Reyes, monsieur. Espero que hayan sido generosos con usted.

    Bisous

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    1. Los que ya leísteis el libro no os pilla de nuevas.
      Espero que también los Reyes hayan sido generosos con usted, madame, aunque no creo que este año vengan cargados desde oriente.
      Un abrazo.

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  6. Trabas mentales y sociales. saludos

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    1. Nunca mejor resumido en tan solo cuatro palabras. Veo, Antorelo, que tú también eres de la escuela conceptista.
      Un saludo.

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  7. Una gozada de relato. Los miedos y los recuerdos atenazan en busca de "nuevos juegos" en la vida. Salir de la zona de confort y dar ese paso... En ocasiones somos esclavos de aquellos retos que creemos que no podemos superar.
    Un abrazo

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    1. Cierto. La mitad de las cadenas que arrastramos las hemos creado nosotros.
      Un abrazo, amigo Félix.

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  8. Una visión nueva para mí de este juego, pocas veces he jugado a la rayuela y más que nada para acercarme a las niñas ;)

    Un saludín.

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    1. Ciertamente, los juegos mixtos encerraban esa intención de acercamiento picarón que citas.
      Un saludo, Xurxo.

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  9. Bastante profundo y director este fragmento de tu libro del que ya sabes me gusto...un abrazo.

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    1. Sí, fuiste el primero en hacerme tus observaciones. Y El perro verde siempre se ha caracterizado por su sinceridad, cosa que me gusta y agradezco.
      Un abrazo.

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  10. "El día en que decidió dar el paso decisivo y pisar la raya y mandarlo todo al carajo, María comprendió que en la vida podría haber otros juegos."
    Bien podría ser una "filosofía de vida".
    Un abrazo y feliz año maestro.

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    1. Yo lo llamo el momento del despertar y de tomar las riendas de tu vida; porque la vida no la pueden vivir otros por ti.
      Un abrazo y feliz año, Javier.

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  11. Este es uno de mis relatos favoritos del libro. Estamos encerrados sin darnos cuenta de que podemos salir...Y pensar que se pudo antes.

    Saludos Cayetano. Felices Reyes

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    1. Saber elegir el "pasillo" correcto del laberinto particular de cada uno es lo que te puede conducir a la salida. En este caso, "pisar" todas las rayas.
      Un saludo.

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  12. Hay una generación a la que aún le cuesta pisar la raya.
    Besos, Cayetanno

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    1. Sobre todo si no hay independencia económica.
      Un abrazo, Arantza.

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  13. Muy bueno! Lo saludable es pisar las " rayas" para escapar de los " esquemas".
    Tal vez , Freud diría que ....¿las " rayas " son los " mandatos" que llevamos incorporados?
    Desobedecer los " mandatos" ( que nadan en el inconsciente )para salir del laberinto.
    Abrazos.

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    1. Y una vez que pisas una, ya todo es un paseo.
      Un abrazo, Carmela.

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  14. Cuando la persona un día, ante la puerta siempre cerrada decida abrirla, ya nada será igual. Sabrá que hay otros mundos esperando que la cruce y sólo será cuestión de tiempo.

    Saludos, Cayetano.

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    1. Así es, Ana. Además se daría cuenta de que la puerta nunca estuvo cerrada del todo, solo entornada.
      Un saludo.

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  15. Hay que pisar la raya para romper con todas las ataduras y ver otros horizontes. Tu protagonista estaba marcada desde muy niña a no pisar las rayas,ahora le va a costar mucho romper con todo.
    Una escena muy bien narrada Cayetano, todo refleja la situación que viven muchas mujeres atadas por unas normas impuestas por el resto.
    Un saludo.
    Puri

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    1. Es difícil romper con las ataduras. De hecho, son mayoría las que se quedan atrapadas dentro de ese peculiar "laberinto", sobre todo si no tienen independencia económica.
      Un saludo, Puri.

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  16. Aplaudo a María por la valentía que muestra al jugar a otros juegos, a pisar la raya, a romper con lo establecido. Hoy día es quizá un juego que va calando poco a poco, pero falta mucho por recorrer.
    Un saludo

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    1. Es complicada la situación sobre todo para las mujeres que no son económicamente independientes.
      Un saludo, Carmen.

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  17. A eso nos enseñaron, a no pasarse de la raya porque el hacerlo tendría funestas consecuencias según nos explicaban los profes, los padres, los juegos y los cuentos que nos contaban. La mayoría pisamos la raya y ...no pasó nada de lo que nos auguraban, fuimos nosotras mismas y ya está.
    Un relato magnífico Cayetano.
    Un abrazo

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    1. Estas dos últimas generaciones han dado en este sentido un paso de gigante.
      Me alegro de que te guste el relato.
      Un abrazo, Ambar.

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  18. Y Maria se probó nuevas sensaciones, y comprobó feliz que le quedaban bien.

    Te felicito Cayetano, como escritor has sabido reflejar el mundo de la sumisión que han sufrido muchas mujeres, con una metáfora muy bella.

    Un abrazo.

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    1. Uno de los muchos "laberintos" que algunas han de recorrer para encontrar la salida.
      Muchas gracias, Rodericus.
      Un abrazo.

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  19. Sambori. Así llaman por mi tierra a al juego de la rayuela. Eso es lo primero que pensé al ver el dibujo cuando llegué a ese capitulo. Mira el juego del sambori.
    Un abrazo.

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    1. Curiosa la cantidad de denominaciones que tiene este juego. Nunca lo hubiera pensado.
      Un abrazo, DLT.

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  20. Qué importante la decisión tomada por María.
    De ella dependerá el resto de su vida, que ahora sí,
    podrá vivir en plenitud.

    Gracias por este capítulo.

    Un abrazo, Cayetano.

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    1. El laberinto tenía una salida y María supo encontrarla.
      Un abrazo, Myriam.

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